Guía fiscal de Portugal: tipos, exenciones y plazos de pago

¿Quién paga impuestos? Los contribuyentes portugueses son personas físicas y jurídicas. Por lo tanto, los tipos dependen de si el pagador es residente fiscal en Portugal.

Para una persona física, basta con vivir en Portugal 183 días al año para convertirse en residente fiscal del país. Sin embargo, el cambio de residencia fiscal no se produce automáticamente. Para ello, es necesario presentar una solicitud a la oficina de impuestos portuguesa e indicar la dirección de registro portuguesa en la solicitud.

Los titulares de la Golden Visa de Portugal pueden trasladarse a Portugal y convertirse en residentes fiscales portugueses. También tienen acceso a viajes sin visado a los países Schengen, servicios de bancos europeos, y trabajo y estudio en Portugal. Después de cinco años, el titular de un permiso de residencia puede solicitar la ciudadanía de Portugal y convertirse en ciudadano de la UE.

Una empresa necesita registrar una sede y obtener un número de identificación fiscal en Portugal para convertirse en residente fiscal del país.

Los principales impuestos en Portugal son federales. Estos incluyen el impuesto sobre la renta, el impuesto de sociedades, el IVA, el impuesto sobre las ganancias de capital, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y el impuesto de sucesiones.

Los propietarios de viviendas y las empresas locales pagan impuestos al presupuesto municipal. Las normas de residencia fiscal dependen del valor de la propiedad y de la región en la que se encuentre. Los ingresos del impuesto se destinan a financiar servicios municipales, como la recogida de basuras.

¿Cuándo se pagan los impuestos? El año fiscal en Portugal coincide con el año natural y va del 1 de enero al 31 de diciembre. Por lo tanto, las declaraciones deben presentarse al servicio de impuestos del 1 de abril al 30 de junio del año siguiente al de la declaración.

El impuesto sobre la renta se aplica si una persona recibe:

• salario como empleado de una empresa portuguesa;

• pago por actividades realizadas como empresario individual;

• intereses y cánones por inversiones;

• pagos de alquiler;

• pensión, incluyendo la de ahorros privados para la jubilación.

Se aplica un tipo fijo a los no residentes — 25%. Sin embargo, solo se gravan los ingresos procedentes de una fuente en Portugal. Por ejemplo, si un cliente portugués paga por los servicios de un empresario individual.

Los residentes de Portugal pagan el impuesto sobre la renta a escala progresiva, con un tipo que depende de su ingreso anual.

Los residentes fiscales de Portugal pagan el impuesto sobre la renta a escala progresiva, donde el tipo depende de la cantidad del ingreso anual.

Los residentes fiscales portugueses pueden recuperar parte del importe del impuesto pagado. Se calcula una deducción automática para aquellos que reciben ingresos únicamente de fuentes portuguesas y solo en forma de salarios o pensiones.

Un contribuyente puede solicitar una deducción por gastos de tratamiento, cuidado de familiares mayores y familiares con discapacidad, educación y seguros de vida y salud. También se realiza una deducción si una persona ya ha pagado el impuesto sobre la renta en otro país, si Portugal tiene un acuerdo con dicho país para evitar la doble imposición.

En el caso de salarios y pensiones, el impuesto sobre la renta se retiene en el momento del pago. El empleador o el fondo de pensiones paga el impuesto. Al mismo tiempo, los primeros 4.104 € de las pensiones están exentos de impuestos. Pero es obligatorio declarar una pensión y un salario, como todos los demás ingresos del año.

Los cónyuges o parejas casadas pueden presentar una declaración de impuestos conjunta. Pero esto es opcional. Si se presentan declaraciones de impuestos separadas, cada cónyuge indica el 50% de los ingresos que reciben los familiares dependientes. Sin embargo, si uno de los cónyuges es un no residente, el cónyuge residente presenta una declaración de impuestos separada.

Los antiguos residentes fiscales pueden solicitar una exención fiscal del 50% sobre hasta 250.000 € de ingresos por empleo o autoempleo si vuelven a ser residentes fiscales portugueses en 2024, 2025 o 2026. La exención fiscal se concederá por 5 años.

Por incumplir los plazos de presentación de la declaración de impuestos, se prevé una multa de 300 a 3.750 €. Si los impuestos se pagan con retraso, se aplicará una penalización del 30-100% del impuesto impagado.

Se aplica un tipo de solidaridad adicional al impuesto sobre la renta de las personas físicas si el ingreso anual del pagador supera los 81.199 €. El recargo es del 2,5% para ingresos de hasta 250.000 € y del 5% para ingresos superiores a 250.000 €.

El impuesto sobre los dividendos se aplica a un tipo del 28%. El tipo es fijo: se aplica por igual a residentes y no residentes. Sin embargo, el tipo puede cambiar si se aplica un convenio de doble imposición a los pagos internacionales.

Si la empresa que paga el dividendo está registrada en un país de la lista negra portuguesa de paraísos fiscales, el tipo impositivo sube al 35%.

El impuesto de timbre se aplica solo en determinadas situaciones, como donaciones y herencias, al vender un negocio o una participación. Los tipos se aplican a todos los contribuyentes, residentes y no residentes de Portugal.

Las cotizaciones sociales cubren las prestaciones familiares, de pensión y de desempleo. Todos los empleados de empresas portuguesas realizan cotizaciones, que se deducen de sus salarios al tipo aplicable del 11%.

Impuesto sobre el trabajo autónomo. El tipo de cotización aplicable a los trabajadores autónomos corresponde al 21,4%.

Para los trabajadores autónomos acogidos al régimen fiscal simplificado, la base de cotización mensual es 1/3 de la remuneración relevante determinada en cada período de declaración y produce efectos en ese mes y en los dos meses siguientes.

Los residentes fiscales extranjeros tributan por su renta mundial, mientras que los no residentes solo tributan por los ingresos obtenidos en Portugal.

Los tipos para los residentes fiscales son progresivos, oscilando entre el 13,25 y el 48%, dependiendo del nivel de ingresos. Los no residentes tributan a un tipo fijo del 25% sobre sus ingresos de fuente portuguesa.

Los impuestos de Portugal para expatriados eran bastante favorables bajo el régimen fiscal de Residente No Habitual (NHR), que ofrecía importantes beneficios fiscales durante los primeros diez años de residencia.

A partir de 2025, los extranjeros ya no tienen acceso al antiguo régimen NHR. En su lugar, Portugal introdujo el IFICI, Incentivo Fiscal a la Investigación Científica y la Innovación, a menudo denominado NHR 2.0. Este ofrece un tipo impositivo fijo del 20% sobre los ingresos portugueses elegibles y la exención de la doble imposición para ciertos ingresos de fuente extranjera, pero solo para profesionales altamente cualificados en campos impulsados por la innovación.

Todas las empresas que operan en Portugal pagan el impuesto de sociedades. Si la empresa no es residente fiscal portuguesa, solo paga impuestos sobre los beneficios obtenidos en Portugal.

El tipo estándar del impuesto de sociedades en Portugal continental es del 21%. El tipo es inferior en Madeira y las Azores — 14,7%.

Se puede aplicar un impuesto sobre la renta adicional a nivel municipal, regional y federal. Los tipos regionales se aplican a Madeira y las Azores; los tipos federales se aplican a Portugal continental.

El tipo del recargo depende del beneficio de la empresa. El recargo estatal se aplica solo a la parte del beneficio que excede los 1,5 millones de euros.

Las empresas pagan el impuesto de sociedades tres veces al año en cuotas iguales. Para ello, se preparan los estados financieros con antelación, los cuales son aprobados en la junta de accionistas.

Algunas empresas también necesitan ser auditadas. La norma se aplica a las empresas que cumplen al menos dos de las tres condiciones durante dos años consecutivos:

1. El ingreso anual de la empresa supera los 3 millones de euros.

2. Los activos netos de la empresa se estiman en más de 1,5 millones de euros.

3. La plantilla tiene más de 50 empleados.

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) se aplica si una empresa presta servicios, importa o vende bienes. El tipo depende del tipo de bienes y servicios y de la región de Portugal donde la empresa esté registrada.

Una empresa presenta una declaración de impuestos y paga el IVA una vez al trimestre si su facturación es inferior a 650.000 €. Si la facturación de la empresa supera el umbral especificado, el IVA deberá pagarse mensualmente.

El impuesto sobre dividendos se aplica a tipos diferentes para residentes fiscales y no residentes:

• 28% — para empresas que son residentes fiscales de Portugal;

• 25% — si una empresa no residente recibe dividendos de una empresa portuguesa.

El impuesto de timbre lo pagan las personas jurídicas con los mismos tipos que las personas físicas:

• 5% — por la venta de un negocio o participación;

• 10% — por donaciones y herencias.

Las cotizaciones sociales las realizan todos los empleadores portugueses, pero el tipo depende del tipo de empresa:

• 22,3% para organizaciones gubernamentales y sin ánimo de lucro;

• 23,75% para empresas comerciales.

Tipos reducidos del impuesto de sociedades. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) residentes, y las empresas de pequeña y mediana capitalización (Small Mid Cap companies), se benefician de un tipo reducido del impuesto de sociedades del 17% sobre los primeros 50.000 € de renta imponible. Este tipo se reduce aún más al 11,9% en Madeira y las Azores.

Las PYMES y las empresas de pequeña y mediana capitalización que desarrollan sus actividades y tienen su dirección efectiva en las zonas del interior de Portugal continental son elegibles para un tipo del impuesto de sociedades del 12,5% sobre los primeros 50.000 € de renta imponible. En las Azores y los territorios beneficiarios de Madeira, este tipo disminuye al 8,75%.

La renta imponible que exceda de 50.000 € está sujeta al tipo estándar del impuesto de sociedades.

Las empresas emergentes también disfrutan de un tipo preferencial del impuesto de sociedades del 12,5% sobre los primeros 50.000 € de renta imponible, con cualquier exceso tributado al tipo estándar del impuesto de sociedades.

La Zona Franca de Madeira funciona desde 1980. Abarca la fabricación, el comercio, la consultoría, las telecomunicaciones, el almacenamiento, el marketing, la propiedad intelectual, el uso de yates y barcos.

Si una empresa se registra en Madeira y obtiene una licencia de programa especial, puede pagar el impuesto sobre la renta al 5%. El tipo impositivo preferencial de Portugal se aplica a los ingresos de transacciones con otras empresas con licencia u organizaciones extranjeras.

Si la empresa con licencia obtiene ingresos de transacciones con otras entidades portuguesas, dichos ingresos se gravan al tipo estándar. Sin embargo, Madeira tiene tipos más bajos que Portugal continental: 14,7% en lugar del 21%.

Los beneficios se aplican a dividendos, ganancias de capital e impuesto de timbre. Los hemos tratado con más detalle en el material “Cómo abrir un negocio en Madeira”.

El impuesto sobre transmisiones patrimoniales (Imposto Municipal sobre Transmissões, IMT) es municipal. Debe pagarse una sola vez al comprar una propiedad.

Si la propiedad está ubicada en una zona rural, el tipo impositivo es del 5%. Sin embargo, los inmuebles comerciales tributan a un tipo del 6,5%, independientemente de su ubicación — urbana o rural.

Se aplica una escala de tributación progresiva para el desarrollo urbano residencial. Considera el coste y el propósito de la compra como vivienda permanente o de alquiler.

Si la propiedad cuesta hasta 101.917 €, el impuesto es del 0% para residencias permanentes y del 1% para no permanentes. El resto de los tramos marginales de impuestos son los mismos para ambos tipos de propiedad:

• 2% para propiedades con un valor de 101.917—139.412 €;

• 5% para propiedades con un valor de 139.412—190.086 €;

• 7% para propiedades con un valor de 190.086—316.772 €;

• 8% para propiedades con un valor de 316.772—633.453 €;

• 6% para propiedades con un valor de 633.453—1.102.920 €;

• 7,5% para propiedades con un valor superior a 1.102.920 €.

El impuesto debe pagarse después de la celebración de un contrato preliminar de compraventa de bienes inmuebles, pero no más tarde de tres días antes de la finalización de la transacción.

El impuesto municipal sobre bienes inmuebles (Imposto Municipal sobre os Imóveis, IMI) se paga anualmente. El tipo depende de la ubicación de la propiedad:

• 0,3—0,45% para propiedades urbanas;

• 0,8% para propiedades rurales.

No se cobra el impuesto si el ingreso anual del hogar es de hasta 15.295 €. La propiedad debe utilizarse únicamente como residencia permanente y no costar más de 66.500 €.

Para tres años, los propietarios de una propiedad con un valor de hasta 125.000 € están exentos de pagar impuestos si el ingreso anual del propietario no supera los 153.300 €. Además, los edificios sujetos a reconstrucción a cargo de la ciudad están exentos del impuesto durante tres a cinco años.

El impuesto puede pagarse de una sola vez o en partes:

• el impuesto de hasta 100 € debe pagarse antes del 31 de mayo;

• el impuesto de 100 a 500 € se paga una sola vez hasta el 31 de mayo o en dos plazos — hasta el 31 de mayo y el 30 de noviembre;

• el impuesto superior a 500 € se paga una sola vez hasta el 31 de mayo o en tres plazos — hasta el 31 de mayo, el 31 de agosto y el 30 de noviembre.

El impuesto sobre las ganancias de capital para personas físicas y jurídicas es exigible, por ejemplo, en la venta de acciones. Sin embargo, si las acciones no cotizan en bolsa, solo el 50% del beneficio de la venta está sujeto a impuestos. El tipo impositivo es el mismo para extranjeros y residentes — 28%.

Al vender una propiedad. Si el vendedor es residente fiscal de Portugal, paga impuestos solo sobre la mitad del beneficio de la transacción. El importe se añade al resto de los ingresos del año al preparar una declaración de impuestos.

Si un residente vende la residencia principal y utiliza los ingresos para comprar otra propiedad para residencia permanente, no se cobra el impuesto. Pero si la nueva propiedad es más barata, se grava la mitad de la diferencia entre el beneficio de la venta de la antigua vivienda y el coste de la compra de una nueva.

Si el inmueble es vendido por un pensionista o un residente mayor de 65 años, tienen derecho a invertir los beneficios en un fondo de pensiones o compañía de seguros. Pero esto debe hacerse dentro de los seis meses siguientes a la compraventa de la vivienda.

Los no residentes pagan impuestos sobre el importe total de las ganancias de capital en las transacciones inmobiliarias.

Portugal no tiene un impuesto de sucesiones general. En su lugar, las herencias están sujetas al Impuesto de Timbre — Imposto do Selo.

El impuesto de sucesiones se aplica solo si la propiedad pasa a posesión de un pariente lejano o de una persona que no es miembro de la familia. En este caso, se aplica un tipo del 10%.

Las transferencias de activos a cónyuges, hijos, nietos, padres y abuelos están exentas de este impuesto. Esto significa que si hereda de su cónyuge o de su línea familiar directa, no tendrá que pagar ningún Impuesto de Timbre.

Los ingresos por la venta de criptoactivos con un período de tenencia inferior a un año se gravan a un tipo del 28%. Si se mantienen durante más de un año, el contribuyente está exento de pagar cualquier impuesto.

Los poseedores de criptomonedas tampoco tienen que pagar impuestos por las ventas de cripto a cripto y los criptoactivos no fungibles, como los NFT.

Sin embargo, los ingresos por la venta de criptoactivos deberán declararse como parte del IRS, un impuesto sobre la renta individual. La ley que establece estas condiciones entró en vigor en febrero.

EE. UU. ofrece un régimen fiscal más sencillo, pero con tipos impositivos potencialmente más altos para los que obtienen ingresos elevados y complejos impuestos estatales. Las personas deben considerar sus circunstancias específicas y sus posibles obligaciones fiscales en cada país al decidir dónde residir o invertir.

Los tipos del impuesto federal sobre la renta de EE. UU. son del 10—37%. Además, la mayoría de los estados imponen sus propios impuestos sobre la renta, que pueden variar ampliamente. Los residentes tributan por su renta mundial, de forma similar a Portugal.

El tipo federal del impuesto de sociedades es del 21%, tras la Ley de Recortes y Empleos Fiscales de 2017. Los impuestos de sociedades estatales varían, lo que añade complejidad a la carga fiscal total.

Las ganancias de capital se gravan al 0%, 15% o 20% , dependiendo del tramo de ingresos del contribuyente. Las ganancias de capital a corto plazo para activos mantenidos menos de un año se gravan como ingresos ordinarios.

Impuesto de sucesiones. Existe un impuesto federal sobre el patrimonio para herencias valoradas en más de 12,06 millones de dólares a partir de 2022. También se aplica el impuesto sobre donaciones con una exención vitalicia por el mismo importe. Los tipos pueden llegar hasta el 40%.

El impuesto de la Seguridad Social es del 6,2% para los empleados y del 6,2% para los empleadores, con un límite de ingresos de 147.000 dólares en 2022. El impuesto de Medicare es un 1,45% adicional para empleados y empleadores, sin límite de ingresos.

Portugal tiene convenios de doble imposición válidos con 78 países. Por ejemplo, la lista incluye los estados de la Unión Europea, EE. UU., Canadá, Japón, China, India y los Emiratos Árabes Unidos.

Los convenios de doble imposición (CDI) rigen el pago de impuestos entre países. Así, una persona o empresa paga impuestos en el país del que recibe ingresos y elabora una deducción fiscal en el país de residencia. Un contribuyente tendrá que pagar la diferencia si el tipo impositivo es más alto en el país de residencia.

El CDI también establece tipos especiales para dividendos, intereses y cánones.

Además de los CDI, Portugal tiene acuerdos de intercambio de información fiscal con:

• Andorra;

• Antigua y Barbuda;

• Bermudas;

• las Islas Vírgenes Británicas;

• Gibraltar;

• las Islas Caimán;

• Liberia;

• San Cristóbal y Nieves;

• Santa Lucía;

• Islas Turcas y Caicos.

El tratado fiscal entre EE. UU. y Portugal está diseñado para evitar la doble imposición sobre los ingresos obtenidos en cualquiera de los dos países, facilitando a los residentes y empresas operar a través de las fronteras sin ser gravados dos veces por los mismos ingresos.

Ambos países utilizan el método del crédito para eliminar la doble imposición. Esto significa que si paga impuestos sobre los ingresos en un país, puede reclamar un crédito por estos impuestos contra el impuesto adeudado sobre los mismos ingresos en su país de origen.

El tratado define a un residente como alguien que está sujeto a impuestos en un país debido a su domicilio, residencia, lugar de gestión o cualquier otro criterio de naturaleza similar.

Los residentes duales se tratan mediante reglas de desempate, que determinan el país de residencia a efectos fiscales basándose en una vivienda permanente, el centro de intereses vitales, la residencia habitual y la nacionalidad.

EE. UU. y Portugal tienen un Acuerdo de Totalización de la Seguridad Social, diseñado para evitar la doble imposición de la Seguridad Social y para ayudar a cubrir lagunas en la protección de beneficios para los trabajadores que han dividido sus carreras entre los dos países.

Beneficios y elegibilidad. El acuerdo permite a los trabajadores calificar para beneficios de jubilación, discapacidad o sobrevivencia basándose en créditos de trabajo combinados de ambos países. Esto es particularmente beneficioso para las personas que no tienen suficientes créditos de trabajo en un país para calificar para los beneficios. El acuerdo les permite totalizar estos créditos entre ambos países para cumplir con los requisitos de elegibilidad.

Cobertura y contribuciones. El acuerdo especifica qué sistema de Seguridad Social de qué país cubre a un trabajador. Por ejemplo, si usted es un ciudadano estadounidense que trabaja en Portugal para una empresa estadounidense durante menos de cinco años, generalmente continuará pagando solo los impuestos de la Seguridad Social de EE. UU. y estará exento de las contribuciones portuguesas. Esto se aplica de manera similar a la inversa para los ciudadanos portugueses que trabajan en EE. UU..

Regulaciones de autoempleo. Los trabajadores autónomos generalmente están cubiertos por el sistema de Seguridad Social del país donde residen. Por lo tanto, los impuestos de Portugal para los expatriados estadounidenses en términos de Seguridad Social normalmente pagarían contribuciones a Portugal, no a EE. UU..

Los mismos impuestos para residentes y no residentes en Portugal son los siguientes:

• 28% — sobre ganancias de capital por la venta de acciones;

• 5% — impuesto de timbre sobre la venta de un negocio o participación;

• 10% — impuesto de timbre sobre donaciones y herencias;

• 0,8% — impuesto de timbre sobre la compra de bienes inmuebles;

• 0—0,8% — transmisión de propiedad;

• 0,3—0,8% — impuesto municipal sobre bienes inmuebles.

Tanto las personas jurídicas residentes como las no residentes pagan el IVA al 4—23%.

El tipo de solidaridad para las personas físicas es del 2,5% sobre los ingresos que superan los 80.000 € pero son inferiores a 250.000 €. La suma superior a 250.000 € está sujeta al tipo de solidaridad del 5%.

Las personas jurídicas pagan del 1,5 al 9% sobre las ganancias superiores a 1.500.000 €.

1. Para convertirse en residente fiscal en Portugal, las personas físicas deben pasar más de 183 días dentro del año fiscal en el país. Las empresas necesitan registrar una sede y obtener un número de identificación fiscal en Portugal para establecer la residencia fiscal.
2. Los titulares de la Golden Visa de Portugal pueden trasladarse a Portugal y convertirse en residentes fiscales portugueses. También tienen acceso a viajes sin visado a los países Schengen, servicios de bancos europeos, trabajo y estudio en Portugal. Y después de cinco años, el titular de un permiso de residencia puede solicitar la ciudadanía portuguesa y convertirse en ciudadano de la UE.
3. El sistema fiscal de Portugal se caracteriza por tipos progresivos del impuesto sobre la renta para las personas físicas e incentivos competitivos del impuesto de sociedades, incluyendo un tipo reducido del 5% en ciertos casos.
4. No existe un impuesto general sobre el patrimonio, excepto sobre los bienes inmuebles de alto valor, y no hay un impuesto de sucesiones general, estando exentas las transferencias a familiares directos.
5. Los propietarios de bienes inmuebles se enfrentan a múltiples impuestos, incluidos los impuestos sobre transmisiones patrimoniales y los impuestos municipales anuales sobre la propiedad, basados en el valor de la propiedad.
6. Portugal tiene convenios de doble imposición con numerosos países para evitar la doble imposición de los ingresos y prevé acuerdos de seguridad social como el Acuerdo de Totalización con EE. UU., que ayuda a regular las cotizaciones a la seguridad social para los trabajadores que operan entre los dos países.