¿Quiénes son los cosmopolitas y cómo convertirse en uno en el mundo moderno?

En biología, el cosmopolitismo se refiere a plantas y animales cuyo hábitat abarca vastos territorios. Por ejemplo, entre los cosmopolitas naturales se incluyen las orcas, las golondrinas ribereñas y las ortigas.

En sociología y filosofía, el cosmopolitismo se denomina la «mentalidad de ciudadanía mundial, que sitúa los intereses y valores de toda la humanidad por encima de los intereses de una nación y un estado separados».

El mundo antiguo. La primera persona en proclamarse cosmopolita fue Diógenes, un filósofo griego antiguo. Cuando se le preguntó de dónde era, Diógenes respondió que era un cosmopolita, es decir, un ciudadano del mundo. Pero los historiadores sugieren que de esta manera Diógenes negaba tener cualquier obligación con su ciudad natal, Sinope, y sus habitantes.

El concepto de cosmopolitismo adquirió un significado positivo un siglo más tarde gracias a los filósofos estoicos. El fundador de la escuela del estoicismo, Zenón, creó la idea de «cosmópolis», un estado mundial cuyos ciudadanos son considerados por igual todos los seres racionales, independientemente de su origen y estatus social.

Los estoicos también creían que la principal virtud de una persona es servir a los demás, lo que significa llevar a cabo actividades políticas en su ciudad natal o fuera de ella como asesores y mentores.

El cosmopolitismo medieval se manifestó en planes para crear una monarquía mundial o un estado teocrático encabezado por el Papa. Todos los cristianos estaban unidos por la fe y los principios del amor al prójimo.

En el siglo XVI, el cosmopolitismo se convirtió en una ideología secular. En esta época, el filósofo francés Guillaume Postel formuló los principios de un estado mundial, libre de prejuicios raciales, nacionales y religiosos.

Durante el Siglo de las Luces, el comercio internacional se desarrolló y aparecieron imperios, como el británico y el ruso. Durante este tiempo, la gente viajó más, se renovó el interés por la cultura griega antigua y las ideas del humanismo se extendieron por la sociedad.

El filósofo alemán Immanuel Kant creía que el cosmopolitismo ayudaría a la humanidad a poner fin a las guerras para siempre y a lograr la prosperidad universal. En su tratado «Sobre la paz perpetua», explica que todos los estados deben unirse en una única federación. Al mismo tiempo, los países conservarían su soberanía, pero una organización internacional especial se ocuparía del comercio, la cooperación internacional y la resolución de conflictos.

En el siglo XVIII, se llamaba ciudadano del mundo a la persona abierta a todo lo nuevo y libre de prejuicios culturales, religiosos y políticos. Los habitantes de las ciudades a quienes les encantaba viajar, establecieron una red de contactos internacionales y se sentían como en casa en todas partes, también eran llamados cosmopolitas.

Entre los cosmopolitas notables de la Ilustración se encuentran Voltaire, Denis Diderot, David Hume y Thomas Jefferson.

Siglos XIX y XX. El historiador alemán Dietrich Hermann Hegewisch se convirtió en el fundador del cosmopolitismo económico. En su opinión, el mundo ideal es un mundo donde no existen aranceles ni restricciones al comercio internacional. El mercado, no el estado, se preocupa por las necesidades de la gente.

León Tolstói es uno de los defensores más famosos del cosmopolitismo a finales del siglo XIX. El escritor se adhirió a las opiniones pacifistas. En su opinión, el nacionalismo es la principal causa de guerras y enemistad entre grupos.

En el siglo XX, se crearon tres grandes organizaciones internacionales que encarnaron las ideas del cosmopolitismo:

1. La Sociedad de Naciones, creada en 1919, se dedicó a garantizar la seguridad colectiva, el desarme, la resolución de conflictos y la mejora de la calidad de vida en el mundo. Operó hasta 1946.

2. La Asociación Anacional Mundial (Sennacieca Asocio Tutmonda, SAT), fundada en 1921 por el escritor Eugène Lanti. Los miembros de la asociación querían destruir el concepto mismo de nación. Se propuso eliminar la barrera del idioma con la ayuda del idioma artificial esperanto.

3. Las Naciones Unidas comenzaron después de la Segunda Guerra Mundial. La organización más grande que todavía existe hoy.

En 1948, también se adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Reconoce los derechos inalienables de cualquier habitante de la Tierra, independientemente de su afiliación nacional, religiosa, cultural o de otro tipo.

Un cosmopolita moderno es una persona que cruza libremente las fronteras de diferentes países, culturas y comunidades políticas, considerando que los valores más altos son la libertad y la igualdad de todas las personas que habitan el planeta.

La realización personal para un cosmopolita significa trabajar en beneficio de toda la humanidad y no solo de una nación individual. Dicha persona busca ayudar a los demás, defiende los derechos y libertades y le encanta aprender otras culturas.

Los cosmopolitas modernos también abogan por la disponibilidad y fiabilidad de la información, las libertades económicas y políticas. Se esfuerzan por viajar mucho, obtener una educación diversificada y desarrollar sus negocios a nivel internacional.

En 1964, el consultor de inversiones Harry Schultz acuñó el concepto de «turista perpetuo», un cosmopolita que posee la ciudadanía de un país, paga impuestos en otro y hace negocios en otro. La conexión con cada nuevo país es una bandera. La teoría original de Schultz constaba de tres banderas.

El escritor William Hill amplió la teoría de las banderas añadiendo tres más: la bandera del país donde se tenían los activos, la bandera del país para vivir y la bandera del país de seguridad de la información.

La ciudadanía del cosmopolita debe cumplir tres condiciones. En primer lugar, el pasaporte otorga el derecho a viajar sin visado por todo el mundo. Además, el país de ciudadanía tiene tipos impositivos mínimos y se permite tener doble ciudadanía.

La ciudadanía de Malta, del país caribeño de San Cristóbal y Nieves o de Vanuatu cumple con los términos.

La residencia implica el país de residencia oficial o registro en el que el cosmopolita paga impuestos. Como residencia fiscal, se recomienda elegir un estado en el que no haya impuestos sobre el ingreso global de las personas físicas. Por ejemplo, uno de los países caribeños o Vanuatu servirá.

Negocio. Se tienen en cuenta todos los países donde el cosmopolita tiene sucursales de la empresa o prestación de servicios. Un criterio importante para un negocio cosmopolita es la capacidad de gestionar una empresa de forma remota.

Activos. Se tienen en cuenta los países en los que el cosmopolita abre cuentas bancarias para almacenar ahorros y realizar liquidaciones financieras. Las personas adineradas prefieren abrir cuentas bancarias en Suiza, Reino Unido, EE. UU., Singapur y Hong Kong, ya que se encuentran entre los bancos más fiables del mundo.

Países para vivir incluyen todos los lugares donde los cosmopolitas pueden pasar su tiempo cómodamente. Estos pueden ser complejos turísticos de playa, yates, megalópolis o acogedores pueblos europeos. El turista perpetuo no está atado a ningún país y elige dónde y cuánto tiempo vivir en cualquier lugar.

Seguridad de la información. Son las jurisdicciones en las que se registran los recursos empresariales en línea o los sitios web personales del cosmopolita. Es importante que en el estado elegido existan mecanismos legislativos para la protección de datos personales y los derechos de los usuarios de Internet.

En 1953, el activista estadounidense Harry Davis creó la World Service Authority, una organización sin ánimo de lucro.

Garantizar la libre circulación por el mundo a los cosmopolitas es una de las principales tareas de la organización. Para ello, se expide un documento especial: un pasaporte de ciudadano del mundo.

Un pasaporte de ciudadano del mundo es similar a los pasaportes ordinarios que los estados expiden a sus ciudadanos. Contiene información personal sobre el titular, como nombre, fecha de nacimiento, número de pasaporte nacional o documento de identidad y número de carnet de conducir.

Cualquiera puede obtener un pasaporte de ciudadano del mundo. Todo lo que necesita hacer es rellenar el formulario de solicitud en línea.

El solicitante también paga las tasas de producción y entrega del pasaporte. El plazo estándar para la emisión de un pasaporte es de 4 meses. Por una tasa, existe un procedimiento acelerado para la tramitación de una solicitud.

Un pasaporte de ciudadano del mundo otorga el derecho a viajar sin visado a solo 6 países: Burkina Faso, Zambia, Mauritania, Tanzania, Togo y Ecuador. Necesitará un visado para viajar a otros países. Al menos 188 países son accesibles una vez que se emite un visado a un ciudadano del mundo, el titular es entonces aceptado con este documento en el control fronterizo.

También es posible presentar un pasaporte de ciudadano del mundo con fines de identificación. Pero incluso para tales fines, no es aceptado en todos los países. Por ejemplo, el Reino Unido y los Estados Unidos no reconocen un pasaporte de ciudadano del mundo como documento oficial.

En el siglo XXI, el pasaporte de ciudadano del mundo tiene más bien un significado simbólico. Así, una persona confirma su pertenencia a la comunidad mundial de cosmopolitas. Entre los titulares de pasaportes se encuentran personas famosas como Barack Obama, Oprah Winfrey, Patrick Stewart y Edward Snowden.

Para obtener una verdadera libertad de movimiento por el mundo y empezar a izar sus propias banderas, un cosmopolita puede necesitar un segundo pasaporte.

El camino estándar para la ciudadanía de otro país es la naturalización. Pero para ello es necesario vivir en el país elegido durante varios años, así como aprobar un examen de conocimientos de idioma e historia. El proceso de obtención de un pasaporte puede tardar de cinco a diez años, dependiendo del país.

Algunos países ofrecen una vía más rápida para la ciudadanía a quienes están dispuestos a invertir en la economía nacional. Esta posibilidad existe bajo las leyes de Malta, cinco países caribeños y Vanuatu.

Un pasaporte maltés se emite por méritos especiales basados en la inversión directa a través de la naturalización. El inversor recibe primero un permiso de residencia, y después de uno o tres años de mantener el estatus de residente, el inversor tiene la oportunidad de solicitar la ciudadanía.

Los solicitantes se someten a una rigurosa diligencia debida. Si el solicitante es aprobado, invierte:

• desde €600.000 como contribución no reembolsable al desarrollo social y económico de Malta;

• €10.000 como donación benéfica;

• desde €16.000 al año por el alquiler de vivienda en la isla. Si un inversor desea comprar un inmueble, el valor del inmueble debe ser de al menos €700.000.

Cuando el inversor recibe un pasaporte, puede trasladarse a Malta para vivir, trabajar, hacer negocios o estudiar. Los ciudadanos malteses disfrutan de beneficios sociales como seguro de salud y tratamiento gratuito en los hospitales del país. El pasaporte de Malta también permite vivir, trabajar y estudiar en otros estados de la UE.

Los ciudadanos malteses viajan sin visado a 185 países, incluyendo el espacio Schengen, el Reino Unido, Singapur y Hong Kong. Para viajar a EE. UU., Australia y Canadá, los titulares de pasaportes malteses solo necesitan obtener un permiso de entrada electrónico.

Ciudadanía en el Caribe. San Cristóbal y Nieves, Granada, Antigua y Barbuda, Dominica y Santa Lucía son países caribeños que emiten pasaportes a los participantes en programas de inversión pública.

La cantidad mínima de inversión para los programas caribeños es desde $100.000. Se permiten inversiones en fondos estatales, bienes inmuebles aprobados, negocios y bonos gubernamentales.

Cualquier ciudadano de los cinco países caribeños viaja sin visado a más de 140 países. Por ejemplo, en el espacio Schengen, pueden permanecer hasta 90 días en medio año. El Reino Unido permite viajar sin visado durante 180 días al año.

Los titulares de pasaportes caribeños también pueden obtener un visado de turista de EE. UU. por 10 años. Además, los ciudadanos de Granada tienen acceso al visado de negocios E-2, que les permite vivir, estudiar y hacer negocios en los Estados Unidos.

La ciudadanía de Vanuatu a través del programa de inversores es la forma más rápida de convertirse en cosmopolita. La participación en el programa dura un mes.

Solo hay una opción de inversión, que es una contribución no reembolsable al Fondo Nacional de Desarrollo. La contribución mínima es de $130.000.

Los ciudadanos de Vanuatu pueden viajar sin visado a 96 países. Se permite permanecer en el estado Schengen sin visado hasta 90 días en medio año. En Gran Bretaña es el doble; hasta 180 días al año.

Vanuatu no tiene impuestos sobre la renta, la herencia, el patrimonio y las ganancias de capital. Las Sociedades Comerciales Internacionales (IBC) están exentas de impuestos durante 20 años si se registran en Vanuatu y pagan una tasa anual de $300.

La elección del país de la segunda ciudadanía depende de las tareas del inversor. Por ejemplo, la ciudadanía maltesa es más adecuada para trasladarse a la Unión Europea. Y si el objetivo principal es viajar sin visado o la optimización fiscal, entonces la ciudadanía de un país caribeño o Vanuatu puede ser suficiente.

Los expertos de Immigrant Invest le ayudan a elegir el programa y la opción de inversión más adecuados. Los abogados prepararán los documentos y presentarán una solicitud al departamento responsable de conceder la ciudadanía en el país.

El soporte al cliente de Immigrant Invest también incluye:

• selección de bienes inmuebles;

• incorporación de familiares al programa de ciudadanía;

• registro de residencia fiscal;

• obtención de carnet de conducir;

• asistencia para abrir una cuenta en un banco extranjero;

• renovación del pasaporte y reemplazo en caso de pérdida.